El dolor menstrual... ¿normal?

El otro día me tropecé en casa de mi prima treceañera con el libro ¿Qué pasa en mi cuerpo? El libro para muchachas: La guía de mayor venta sobre el desarrollo escrita para adolescentes y preadolescentes, de Lynda Madaras. Es un libro educativo que trata sobre los cambios propios de la adolescencia y sexualidad. Al echarle una rápida hojeada parece no estar mal, es bastante completo. No obstante, su capítulo sobre la menstruación me dejó un mal sabor de boca. Veamos por qué.

 

Afirma que:

 

La mayoría de nosotras tiene cólicos menstruales en algún momento de nuestra vida. Generalmente, el dolor es solo ligero a moderado y no nos impide que hagamos nuestras actividades normales.


Hasta aquí, de acuerdo. Pero el texto sigue:

 

 Pero muchas chicas tienen cólicos menstruales suficientemente fuertes como para impedir que vayan a la escuela. Aproximadamente una de diez tiene cólicos menstruales severos.

 

¿Eh?

Bueno, esto no es del todo falso. Pero en vez de sugerir que estas chicas una-de-diez podrían tener un problema serio de salud (por casualidad, una de diez es también aproximadamente el porcentaje de mujeres con endometriosis), sigue con una descripción bastante detallada de lo que NO es normal durante la regla, pero lo que, según el libro, son los síntomas que acompañan a los cólicos menstruales normales y corrientes. Dolores que se extienden hacia los glúteos y la espalda, dolores que comienzan antes del flujo menstrual, náuseas, vómitos, estreñimiento, diarrea y, para concluir, la afirmación de que "algunas mujeres incluso se desmayan". Aquello, lo que en vez de un capítulo de un libro de educación sexual para chicas adolescentes parece una ampliación sobre los síntomas de la endometriosis, no hace más que introducir el siguiente párrafo, que comienza con las palabras:

 

A veces, los cólicos menstruales son resultado de una enfermedad subyacente o problema médico.

 

!Siiii! Elemental, querido Watson. Pero no cantemos victoria aún, pues sigue el libro:

 

Pero en la mayoría de los casos, no hay enfermedad subyacente que explique los cólicos menstruales.

 

Y continua explicando que los cólicos menstruales severos se deben a un exceso de prostagladinas, unas sustancias que provocan la contracción del útero, entre otros factores. Lo cual no es del todo falso, ¡lo que no significa, ni mucho menos, que sea normal que una mujer se desmaye cuando le venga la regla!

 

¿Qué es lo que pensará una chica con dolores menstruales severos, quizás debido a una endometriosis aún sin diagnosticar, cuando lee este libro? Seguramente se quedará con el mensaje de que todo está dentro de lo normal. Que le ha tocado la mala suerte de ser una chica de diez, y que tiene un exceso de prostaglandinas.

 

A ver cuando también llega a los materiales de educación sexual aquello de que la regla no tiene que doler. No. Tiene. Que. Doler. ¡Lo anormal es que lo haga! No tiene ningún sentido que un proceso biológico y natural propio de todas las mujeres, como lo es la menstruación, curse con síntomas como desmayos o dolores invalidantes, que, bajo cualquier otra circunstancia, se considerarían como alarmantes. Claro que no todas las chicas con dolores menstruales tienen endometriosis u otra enfermedad subyacente. Pero caray, si te encuentras tan mal que no puedes ir a la escuela cuando tienes la regla y te desmayas, ¡vete al médico! Y si éste no te toma en serio, ¡vete a otro médico!

 

Esto es un mensaje que, en mi opinión, hay que dejar muy claro a todas las chicas que empiezan a menstruar.

 

La endometriosis es una enfermedad más común que el asma, la diabetes, el Sida y la epilepsia juntas. Pues bien, si ahora vamos a cualquier instituto y preguntamos a los alumnos si conocen a las enfermedades anteriores, apuesto que la mayoría los conoce. Al menos la diabetes y el Sida se tratan en los libros de texto de biología. ¿Pero endometriosis? Ni una palabra. Teniendo en cuenta que en una clase con, como media, unos 30 alumnos, 15 de ellos chicas, estadísticamente al menos una de ellas desarrollará la enfermedad, sería conveniente saber al menos que existe, ¿no?

 

Mientras que no sea así, es responsabilidad de los padres educar a sus hij@s sobre el tema. Tarea difícil, mientras que los padres tampoco lo conozcan. Y, como hemos visto, comprar un libro sobre educación sexual tampoco resuelve precisamente el problema.


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Comentarios: 1
  • #1

    Alejandra G (domingo, 01 febrero 2015 15:02)

    Hola, estoy totalmente de acuerdo. Siempre se ha dicho que los cólicos son normales, que son parte de todo lo que conlleva la menstruación, pero si se debería dar a conocer que sí son tan fuertes e insoportables ya no es normal.
    En mi caso, siempre tuve dolor, y como le calculaba más o menos la fecha en que llegaba mi periodo me tomaba una pastilla para el dolor un día antes y ya ese día no sufría al no poderme ni levantar. Claro, a la larga sentí que ya eran demasiadas pastillas y pues me aguantaba el dolor. Mi mama siempre decía que sí te quejabas del dolor, no estabas aceptandote como mujer (mi mama lee muchos libros de ayuda, enfermedades entre otras cosas), y yo pensaba ok tiene razón y pues jamás fui con un ginecólogo ni nada, al contrario el homeópata o pediatra que nos seguía viendo a mis hermanas y a mi decía que tomáramos una pastilla o un té y ya...
    No fue hasta que cumplí 21 y los dolores al llegar mi periodo empeoraron al grado de no poderme levantar, fui al doctor y me dijo que era colitis, porque me estresaba demasiado, incluso una vez me mandaron a hacer ultrasonido y salió que tenía como un quiste en el ovario pero me dijeron que era "normal" por el periodo, pero que se quitaba al terminar.... Si como no, no se quitó. Nunca se quitó!!, y aquí estoy un año después, después de una operación donde tuvieron que quitarme el ovario derecho, luchando contra esta enfermedad. Sola. Porque no le he comentado a nadie, ya que sé que nadie me entendería. Pero pienso, si hubiera mucho más información mi mama habría sospechado antes de tiempo, pudiendo haberse detectado cuando era más chica, o no se. Yo creo que a mi mama no le pasa por la cabeza que eso exista, bueno, a ella ni a nadie en esta sociedad.